martes, 26 de enero de 2010

Con el “tren hotel” de Madrid a Cáceres



Se habla de vez en cuando del futuro AVE de Extremadura, el tren de alta velocidad de Madrid a Lisboa que enlazará nuestra comunidad con rapidez y confort a la capital. Los extremeños suele hablar de ello con poca convicción, con cierto escepticismo. Hay poca costumbre de viajar en tren, por las escasas líneas y su servicio poco cómodo. Es un círculo vicioso, pues ¿para qué va a renovar RENFE sus trenes si ya son deficitarios? Por eso, yo me empeño en tomar el tren siempre que puedo. Anoche lo tomé para volver de Madrid, donde estuve un día ocupado en unos asuntos, a Cáceres. Se trata de un “tren hotel” que va a Lisboa, que sale a las 22.25 de Chamartín y llega a la 1.51 (si no hay retrasos, lo que suele ser poco frecuente) a Cáceres. Tampoco hay muchas posibilidades para volver a Cáceres, si tenemos en cuenta que el último autobus sale a las ocho de la tarde*. El viaje, por ende, fue poco agradable, y nada económico, pues pagar 39 euros por ir en clase turista resulta caro para el servicio que ofrecen. Debe ser más cómodo en los vagones litera, es decir, donde van los portugueses. Pero para los extremeños, que no vamos a alquilar una cama para dormir tres horas y media, el viaje es molesto y puede llegar a ser un calvario si uno es sensible y se le levanta dolor de cabeza con facilidad. El tren hace un ruido infernal, que casi no deja escuchar ni los pensamientos ni siquiera la música que uno pueda escuchar. Traqueteos sin fin, olor a humo quemado de vez en cuando, y el continuo ruido de las ruedas y la maquinaria hacen el viaje muy poco grato. Claro, no es sólo culpa del tren, habría que mejorar la vía, y eso cuesta dinero y total, la gente no utiliza el tren. Para colmo, ya que el estrépito que armaba el tren dejaba la posibilidad de echar una cabezada fuera de cuestión, decidí ponerme a leer, pero esto sólo lo pude hacer hasta Talavera de la Reina. Nada más salir de esta estación, el revisor vino y apagó las luces. De nuevo, viajando a oscuras por Extremadura, como cabezas de ganado.

Quizás mi blog se arriesga a parecer, de momento, monotemático sobre cuestiones de transporte. No se preocupe la lectora o el lector, se abordarán otras cuestiones, pero ésta no me parece banal. Es una lástima no poder viajar con comodidad por la región de uno. Eso, aunque no lo parezca, también hace sentirse a un pueblo orgulloso de su tierra.

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