viernes, 15 de enero de 2010

A oscuras o viajar con Transportes ¿de ganado? de Extremadura


Hoy tomé el autobús de las 19 h de Cáceres a Villanueva de la Serena, de la compañía Tranex, descendiente de la compañía Lisetur, tristemente célebre por el accidente que costó la vida a tres jóvenes el pasado verano. La compañía, tras este accidente, cambió su nombre, pero no el trato indigno e infamante que sigue otorgando a los sufridos viajeros que no pueden o no quieren utilizar el coche y prefieren usar un medio de transporte público para desplazarse dentro de la región.
Hoy, sin embargo, quiero dar cuenta de un detalle que, sin suponer riesgo para la vida de los pasajeros, supone una notable incomodidad. A poco de arrancar el autobús, se apagaron las luces, sumiéndonos en una oscuridad casi absoluta. Pregunté al conductor si no podía encender la luz, ya que varias personas queríamos leer, y dijo que no podía conducir con esa luz, y que "este coche no tiene luces de lectura". Esta es la idea que se tiene del extremeño: alguien desocupado, inculto, y a quien no le importa viajar dos horas a oscuras, más o menos como los caballos o los toros en los transportes de ganado. Cualquier persona que quiera leer, escribir, dibujar, no puede hacerlo. Lamentablemente, no existen otros medios de transporte, pues a esa hora no hay trenes ni, por supuesto, otra compañía de autobuses. En este sentido, tienen suerte quienes viven en Trujillo o Navalmoral de la Mata, pues los autobuses de Avanza, antes conocidos como AutoRes, son de mucha mayor calidad y disponen, entre otras prestaciones, de luces de lectura. Claro, porque van a Madrid. Para moverse dentro de la región y enlazar algunas de las poblaciones más importantes sólo contamos con Tranex, compañía de reciente fundación (aunque no sea, como dijimos, sino Lisetur rebautizado) ofrece el mínimo servicio: asientos incómodos, sin cinturones de seguridad, y a oscuras. En mis viajes por países como Croacia, Polonia, República Checa, Eslovaquia o Hungría, pude utilizar autobuses con un servicio bastante más aceptable. Pero al parecer los extremeños que viajamos por la región no merecemos otra cosa que Tranex, es decir, que nos traten más o menos como a ganado. Saque cada uno sus propias conclusiones. Una sería que las autoridades competentes podrían exigir unos requisitos mínimos para conceder una línea de autobuses. Otra, que al menos no nos quedemos callados, que digamos que merecemos una mejor calidad en nuestros viajes, como tienen en la mayoría de los lugares de Europa.

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